Origen y particularidades de los muebles del hotel
El hotel cuenta con muebles muy especiales, de diseño, madera maciza y hechos a mano. Por casualidad vimos unos ejemplos en una exposición en Sucre de la Familia Don Bosco. Aquí contamos como siguió la historia:
Después de algunos intentos fallidos por encontrar cerca de Aiquile el Taller de Artesanos Don Bosco, finalmente en Cochabamba pudimos tener el primer contacto y acordamos que los encargados de uno de los Talleres pasarían a Sucre con algunos muebles que debían entregar a un cliente de esta ciudad. Llego ese día y realmente los muebles me gustaron mucho, de allí en adelante negociamos precios, cantidades y plazos, esto es con cualquier contrato así. Sin embargo, recibimos una llamada en la que se nos informaba que estaban preparados 2 modelos y que deberíamos ir a verlos a Peña Colorada, un pequeño pueblito entre Aiquile y Santa Cruz, a 4 - 5 horas de Sucre, viajando en nuestro jeep. A pesar de nuestro desconcierto, accedimos al pedido y partimos. Al llegar nos presentaron algunos jóvenes del lugar y nos informaron un poco sobre ellos y la organización llamada Artesanos de la Familia Don Bosco.
El hotel cuenta con muebles muy especiales, de diseño, madera maciza y hechos a mano. Por casualidad vimos unos ejemplos en una exposición en Sucre de la Familia Don Bosco. Aquí contamos como siguió la historia:
Después de algunos intentos fallidos por encontrar cerca de Aiquile el Taller de Artesanos Don Bosco, finalmente en Cochabamba pudimos tener el primer contacto y acordamos que los encargados de uno de los Talleres pasarían a Sucre con algunos muebles que debían entregar a un cliente de esta ciudad. Llego ese día y realmente los muebles me gustaron mucho, de allí en adelante negociamos precios, cantidades y plazos, esto es con cualquier contrato así. Sin embargo, recibimos una llamada en la que se nos informaba que estaban preparados 2 modelos y que deberíamos ir a verlos a Peña Colorada, un pequeño pueblito entre Aiquile y Santa Cruz, a 4 - 5 horas de Sucre, viajando en nuestro jeep. A pesar de nuestro desconcierto, accedimos al pedido y partimos. Al llegar nos presentaron algunos jóvenes del lugar y nos informaron un poco sobre ellos y la organización llamada Artesanos de la Familia Don Bosco.
Los muebles nos gustaron, había que hacer algunos ajustes y entonces volvimos a casa. Después de un tiempo, nos dijeron que los ajustes estaban listos y que volvieramos para dar la conformidad, preguntamos si era necesario e insistieron que si, otra vez de viaje, esta vez preguntamos algo más sobre su trabajo de apoyo a los jóvenes, en esa ocasión mencionaron al sacerdote salesiano Hugo de Censi como fundador del la familia en Perú y de allí se extendió a Bolivia.
¿Quién fue Hugo de Censi y cuáles sus motivaciones?
Buscando vía Internet, encontré lo siguiente:
El Padre Hugo de Censi fue un sacerdote salesiano, quién nació en Italia y provenía de una familia modesta. Hugo de Censi se instaló en Chacas en 1976 como comisionado en Perú de la Operación Mato Groso que estaba asentada en Brasil y Bolivia. Dicha operación estaba conformada por párrocos salesianos italianos cuyo único fin era y es el de recolectar fondos para realizar actividades de desarrollo social.
Lo primero que le impresionó al párroco salesiano fue la pobreza reinante del lugar y un hermoso retablo del siglo XVIII ubicado en la iglesia principal de Chacas en completo estado
de abandono. Inmediatamente vio la forma de hacer algo por ambas cosas. Fue cuando nació la idea de reparar el retablo con las propias manos de los hombres y mujeres de Chacas. Para ello necesitaba educarlos y capacitarlos en carpintería y tallado de madera.”
Así nace la primera Escuela Taller San Juan Bosco que funcionaría como internado gratuito. Las clases se iniciaron con sólo veinticinco niños, ellos eran los más pobres de la zona. El Padre Hugo tenía la idea que la primera promoción que egresara enseñaría de manera voluntaria a la segunda. Y ambas a la tercera y así sucesivamente como una forma de retribución solidaria de lo aprendido.
Años más tarde, se suman los talleres de escultores, doradores, ceramistas, tejedoras y vitralistas. El Padre Hugo ha dicho en un documental elaborado por la cooperativa lo siguiente: “Nuestro trabajo educativo me parece como un trencito que corre sobre los Andes. En el tiempo que están sobre él aprenden un arte y después bajan en la estación que les va bien”.
Hoy en día la Escuela taller San Juan Bosco cuenta con más de 600 alumnos y se ha extendido a las provincias de Fitzcarrald, Antonio Raimondi, Huanuco Huaraz y Cusco, como también a las zonas más pobres de Bolivia: Escoma, Carabuco, Peña Colorada, Bolivar, Ambana, Poster Valle.
Los alumnos reciben hasta hoy educación, alojamiento y comida de forma gratuita, con la sola idea que sean “educados para mantener el amor por la tierra, por la tradición y la fe en Dios”.
Bueno, resulta que sin que yo lo piense o proponga, tuve que viajar a conocer Escoma y Carabuco, pues habían decidido que para nuestro proyecto trabajarían las Cooperativas de Escoma y Peña Colorada. Como el viaje es largo, aproveche de informarme un poco más acerca del trabajo de la Familia Don Bosco.
La formación dura aproximadamente 7 años y se combina con la educación formal. Los jóvenes que egresan reciben como donación un juego de herramientas completas y decide si quiere salir de la comunidad en busca de otros horizontes o si participará de la Cooperativa de la zona. Las Cooperativas Artesanales Don Bosco, se crean para evitar la “fuga de talentos” . De acuerdo a lo conversado con los voluntarios italianos, la idea base que manejaban los misioneros promotores era que lo aprendido no salga de los lugares donde fueron tomados y que además puedan generar recursos en su pueblo de origen colaborando así con el desarrollo del mismo y evitara además la desintegración familiar y duros procesos de adaptación en ambientes extraños y no siempre amables.
Diego, uno de estos jóvenes voluntario me explicaba que "es triste ver que los viejos de estos pueblos terminan solos, sin sus seres queridos que les puedan apoyar y dar amor, ya que al ser habitantes de lugares tan pobres y sin perspectivas de trabajo los jóvenes migran y rara vez vuelven. Entonces la Cooperativa puede ser una gran alternativa."
Yo le pregunté como es que se financia la organización y esta son sus respuestas: “En Italia, las parroquias informan sobre este trabajo y lo hacen con testimonios directos de voluntarios que han salido a Perú o Bolivia a dar este apoyo trabajando tanto en la enseñanza y formación del oficio como también del espíritu. Al conocer de las grandes necesidades para ir adelante, se realizan campañas de recolección de fondos. Pero estos fondos generalmente proviene de los miembros de la parroquia quienes para este objetivo trabajan unos días al mes, en tareas diferentes de su trabajo u ocupación habitual, jardinería por ejemplo, tareas por las cuáles reciben el pago correspondiente y envían el 100% como aporte, Diego me decia “por lo tanto este es un dinero sagrado para nosotros, viene del esfuerzo y amor de los miembros de nuestra Iglesia. Para nosotros, esto vale mucho más que donaciones que hace gente con mucho dinero como una forma de calmar su conciencia”. La otra fuente es la venta de los muebles que producen las cooperativas y cada vez hay mayor mercado.
En mi búsqueda por internet, me enteré que la recaudación que se hace de las ventas retorna a la cooperativa para que ésta por medio de la parroquia los pueda reinvertir en proyectos de desarrollo y ayuda social. Gran parte de estos fondos son destinados a la Escuela Taller y a implementación de hospitales, y Hogares del Adulto Mayor. En Escoma pude ver el hospital.
De los voluntarios que conocí, la mayoría son hombres y mujeres jóvenes. Algunos con familia y los más antiguos ya viven en Bolivia más de 4 años haciendo este trabajo sin recibir remuneración alguna, inclusive hay una pareja que ya esta cerca de 20 años.
Cuando llegue a la Escuela de formación que esta ubicada en Carabuco, me encontré con una linda casa con Balcones de madera tallada, obra de los jóvenes que se educan en ella. Visité las diferentes aulas, observe a los más jóvenes, de más menos 12 años, aprendiendo cepillado y a cuadrar madera. Otros más grandecitos, ya ensamblando cajas y los más experimentados, realizando tallados y marqueteados.
Me regalaron, como una atención, una linda cajita tallada. Me pareció que debía retribuir comprando algunas para llevar de regalo y pedí me avisaran el precio y la disponibilidad. La respuesta fue la siguiente: “Nada de lo que se produce en la escuela se vende." Los chicos las dan de regalo a algunos visitantes, como fue conmigo, o también se las llevan a sus familiares. Yo pregunte si no era un buena idea también recaudar fondos mediante la venta de las cajitas. Esteban, el encargado de la Escuela me dijo “No queremos que en la comunidad se generen malos entendidos que de alguna manera perjudique la asistencia y la motivación de los niños a la escuela. Si se vendieran las obritas, las familias pueden pensar que se esta aprovechando de sus hijos para ganar dinero y podrían no enviar a los niños a formarse con lo cuál estos no tendrían posibilidad de contar con un oficio de alta calidad."
En Escoma vi ya los Talleres de la Cooperativa, entre los diferentes trabajos, estaban los nuestros. Fue lindo ver a los jóvenes de estas áreas rurales, tan pobres, produciendo mueble de calidad y muy hermosos, pensé “cuán orgullosos se deben sentir de su obra”.
Los trabajos muestran una calidad de primera, todos hechos a mano y con gran esmero y dedicación, son muebles únicos.